Remontándome a los recuerdos de mi atolondrada memoria, llego de la mano el sentimiento de haber escuchado y asistido al concierto de los Enanitos Verdes, una banda de los 80's con muy buenas rolas, para aquellos millennials. Mas allá de la buena canción (Luz de Noche) la emoción de un buen concierto gratuito a la intemperie donde nos abrazo Tlaloc con su manto de lluvia y contrario de mermar los ánimos, no se dejo de cantar y resonar los corazones punzantes en las vibrantes gargantas de los Hidrocálidos y su bonita feria de San Marcos alla en el año 2009. He aquí el motivo de estas lineas, el impuso de querer regresar a esa ciudad y su bella gente, que aunque poco tiempo pase es un lugar para no olvidar.
Antes de la llegada de Foursquare o Facebook y los check-ins, teníamos nuestra memoria, cartas y fotos para recordar donde pasamos nuestro tiempo y para recordar mas que un lugar un sentimiento. Para bien o para mal estas herramientas nos pueden hacer la vida mas útil sin embargo también nos distancian del arte de sentir. Compartir se ha vuelto mucho mas popular hoy en día, cierto, pero se comparte solo lo superficial no lo personal y sobre todo lo que quepa en 127 caracteres. Sí se sabe utilizar ¡No importa! sin embargo pocos comparten mensajes de calidad o que aporten algo, en mi humilde opinión vivimos sobre saturados de información y ojalá aprendamos a tener una dieta sana de información
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